Más allá de las letras
En la Fundación Quipu Ainy queremos que la educación vaya más allá de la enseñanza de ciencias básicas y nociones académicas. Creemos que educar va más allá de enseñar; se trata de inspirar a otros a soñar, a cumplir sus metas, y a ser mejores personas cada día. Buscamos formar líderes que piensen diferente, que hagan las cosas de manera distinta, que trabajen por un país mejor y que nunca olviden sus orígenes.
Para inspirar a nuestros niños, hemos implementado un modelo de educación experiencial, adaptado a cada uno de los ciclos de aprendizaje. Este modelo combina, percepción, conocimiento, comportamiento y experiencia, lo cual permite que los niños, no solamente adquieran los conocimientos básicos de una disciplina, sino también que puedan identificar el por qué esos conocimientos son útiles e importantes en su vida cotidiana. Así, aprender se convierte en una tarea sencilla y divertida.
Con esta metodología hemos podido afianzar en los niños valores y habilidades socioemocionales, fundamentales para su vida, tales como: la tolerancia, la toma de decisiones, el trabajo en equipo, el respeto y la perseverancia. Con gran satisfacción y orgullo notamos que los niños que iniciaron esta aventura, ya hace varios años, ahora ven más allá de la realidad en la que viven, son personas más analíticas y con una visión amplia del mundo.
Estos niños, que ya no son tan niños, sueñan con seguir estudiando, con convertirse en médicos, abogados, diseñadores e ingenieros; sueñan con trabajar por su comunidad y sueñan en cambiar el mundo. Incluso, muchos de nuestros niños desean ser “profes” como los voluntarios de Quipu Ainy. No hay mayor recompensa, o privilegio, que hacerse habilitador de los sueños de otros.
Mi camino
En el casi año y medio que llevo en la fundación trabajando con los niños de la comunidad de Somondoco, en el departamento de Boyacá, debo confesar que una de mis mayores satisfacciones ha sido notar que los niños que recibí hace un tiempo ya no son tan niños, ahora son capaces de ver más allá de la realidad en la que viven.
Hoy en día son personas más analíticas, con una visión amplia del mundo. Sueñan con seguir estudiando, con convertirse en médicos, abogados, diseñadores e ingenieros; sueñan con trabajar por y para su comunidad y con cambiar el mundo. Incluso, muchos de nuestros niños sueñan con ser “profes”, lo cual nos hace sentir cada día más orgullosos de la labor que desempeñamos como voluntarios y como formadores.
Hemos comprendido que cuando las ganas de aprender se juntan con las ganas de enseñar, se construye país.
Enseñando se aprende
Adicionalmente, implementar un modelo de educación experiencial en una población vulnerable también ha sido un reto para nosotros como voluntarios y como educadores. En el camino, hemos aprendido a ser recursivos, escuchar, entender y adaptar a las necesidades de nuestros niños cada una de las actividades que planeamos. Más importante aún, hemos comprendido que cuando las ganas de aprender se juntan con las ganas de enseñar, se construye país.
Esperamos que, a través de este espacio, podamos motivar a nuestros lectores, no solo para que crean en nuestro proyecto, sino también a creer en la educación como una forma de construir un mejor mañana.